3 de julio de 2013

Cuello ortopédico

No podía moverlo, no podía moverlo para nada, 3 de la mañana y no podía mover el cuello. Por unos segundos entendí a Mario, la vez de la parálisis en el piso en las canchitas de fútbol. 45 minutos estuvimos para levantarlo y después al hospital. Imagino todos los contratiempos que habrá tenido, pobre, después de ese golpe. 

Me acordé de Mario, a las 3 de la mañana, no podía mover el cuello y me acordé de él. Tenía que ir a la guardia, pero Lula no tenía que enterarse. Nos vamos poniendo viejos y las cosas duelen más, algunas cosas de hecho, golpes, torceduras, esguinces, lo de Mario, llegan un día y ya se quedan. Te golpeaste el hombro, ¿te duele no? bueno, a los 20 años te duele y al rato se va, a los 39 te duele y el dolor se queda para siempre. 

Yo puedo convivir con el dolor, puedo quejarme del dolor, pero no puedo permitir que la queja del dolor me inhabilite a seguir generándome futuros dolores. Esto quiere decir que todo eso de sarna con gusto no pica, esa frase, ese argumento, no puedo llenárselo de contenido a mi querida señora.

Digamos, a modo de ejemplo, que ya no podés mover un brazo, pero querés seguir yendo a jugar al basket, vos vas, te duele como la misma muerte, pero vas, no solo eso, te quejás como marrano en cada esfuerzo. Ahora, cuando volvés a tu casa, con varias cervezas encima de la cena post partido, te metés en la cama y saludas a tu mujer, está más que claro que no te podés quejar, por que no te dejan ir más, o te despiden cada miércoles con un "al que quiere celeste..." y te reciben con otro: "sarna con gusto..."

Está tan contraindicado como quejarse de una resaca o del resultado de un partido que te impidió ir al bautismo de un sobrino. 

Por todo esto, si es que fui claro, y si no también, no podía despertar a Lula. Me di cuenta de algo cuando me quise levantar, uso mucho el cuello. Probá ahora, haceme caso, levantarte de la cama sin usar el cuello, solo con la fuerza de tus piernas y tu cintura, te vas a dar cuenta que no podés, que te levantás con el cuello. Hacemos muchas cosas con el cuello que pensamos que en realidad las hacemos con otras partes del cuerpo.

¿Qué hice? Me tiré de la cama, no podía levantarme, entonces me tiré, me dejé caer rodando, después ya en el piso recuperé la vertical usando la pared de ayuda. 

Llaves, ascensor, calle, taxi, guardia de La Trinidad, en ese orden.

En el taxi pensé, por que uno piensa cosas irrelevantes en los momentos más significativos, en la crónica, en que escribir sobre está noche de Basket de Miércoles. Me acababa de escapar de mi casa a las tres de la madrugada, dejé en mi lugar de la cama una almohada con una remera puesta para disimular mi ausencia y en vez de sentir culpa o directamente miedo por las potenciales consecuencias, estaba pergeñando que escribir para la crónica.

Pensaba si escribir sobre las caídas, muchas y distintas que hubo, producto de las patinadas por la arena del costado de la cancha o quizás merecía la pena ahondar en los motivos por los que Mauro no dejó jugar al Gallo o porque todos estuvimos de acuerdo. Quizás tenía que dedicarla algún párrafo a la solemnidad de Norma para instalar nuevas reglas supuestamente pre existentes pero re interpretadas o por qué justamente y en relación a esto el Gallo entiende siempre todo diferente. 

¿Merecía la pena desarrollar un poco la idea o las razones por las que Mario queriendo postre no se lo pidió? ¿fue por que no quería o por que pensó que lo tenía que pagar a parte? ¿por qué Javi defiende lo indefendible sobre los uruguayos, como lo del chivito canadiense? ¿al negro le pusieron un corazón nuevo estos últimos meses y no nos dimos cuenta o no nos aviso como hice yo con Lula? ¿por qué se pelean Mauro y el Dumey aún cuando no se pelean? ¿Mejoró Luqui su porcentaje de tiros encestados de la nada o está yendo a profesor? 

Pensaba también en Matías pidiéndome que no lo pusiera en una encrucijada en relación a cierto tema que quizás corresponda al ámbito privado como para extenderme aquí.

¿Sobrevivió el Lule a su caída? fue la cosa más impresionante que vi en los últimos meses, ¿es fisicamente posible que no se haya roto todo? ¿Tinelli sigue recibiendo bloopers de la gente para su programa? ¿sin no está filmado, pero es alucinante, uno puede acercarse y simplemente contárselo?

¿cómo se agarra el secador? ¿fue exagerado de mi parte correr a buscarlo? ¿tiene esto alguna relación con el episodio aquel de mi corrida, mi hermano y los píe planos?

¿por qué Lucas no come más con nosotros? ¿le damos vergüenza?

¿lo predisponen las duchas al Dumey a hablar de viajes o vacaciones? ¿no creen que el Dumey viaja mucho?

Eran tantos los posibles temas, tantas la cosas sobre las que podía escribir, tanto el dolor de cuello. Además empezaba a preocuparme por la reacción de Lula si descubría que yo no era mi almohada, que decidí por primera vez desde que jugamos al basket los miércoles, no escribir crónica. Disculpen muchachos.




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